Después de la muerte de Morelos, la insurgencia se disolvió en numerosas guerrillas rurales. Solamente en el sur del país se sostuvo la lucha por la voluntad de Vicente Guerrero. En 1820 el rey de España, Fernando VII, aceptó la Constitución de Cádiz, la cual consagraba la libertad de imprenta y los derechos del individuo. Iturbide lanza el Plan de Iguala, que declaro a México país independiente, católico. Iturbide se unió con Guerrero y surgió el Ejercito Trigarante. Juan de O’Donojú firma los Tratados de Córdoba por los cuales España reconoce la independencia. El 1822 Iturbide se proclamo emperador de México, pero al año siguiente fue exiliado por los antiguos insurgentes que no estaban de acuerdo y que se rebelaron contra el.
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